Tres días con Pati
Son las cuatro de la tarde en la ciudad condal, miro una y otra vez el mapa garabateado horas antes en una hoja que llevo en el bolsillo. Paseo de Gracia, Diagonal, Córsega... y por fin Sant Agustí. Como estas situaciones me ponen un poco nerviosa, paso de largo el número cinco y doy una vuelta a la manzana... tomarse un tiempo en llegar a los sitios te garantiza llegar mejor. Por fin toco el timbre. El edificio es antiguo, no pretencioso, un portal más bien humilde y viejo. El ascensor, necesita que abras y cierres unas puertas de madera como de entrada a la cocina de un hotel, con sus dos mirillas gigantes. Me encanta.
En el último piso me espera el resto de el grupo y Pati Nuñez. Es un espacio genial, con mucha luz, dos alturas, y lo más imprensionante: una terraza enorme con una vegetación casi tropical (palmera incluida).

Por delante, tres días intensos, un proyecto de packaging, un método, 10 personas, una gran profesional y una grapadora... En unos días colgaré el resultado.


Una experiencia, inolvidable.

Por cierto, Pati es una excelente repostera!

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