Esta misma semana he vuelto de un viaje a mis tierras del norte, y no me he podido resistir a dar un paseo por el centro, asomarme a la Concha, y avanzar por el puerto, entrar en la parte vieja, con su olor a mar y pintxo de tortilla.
Después un poco más y comienza Gros, que te saluda con los dos cubos del Kursaal, vestidos para el festival, con su gente guapa y su alfombra roja, cámaras, entrevistas y entrevistados, por todas partes. Cualquier hueco puede des una postal, un marco incomparable. Porque aunque me haya costado mucho tiempo reconocerlo, es cierto, San Sebastián es precioso, quizá una de las ciudades más bonitas que he visto.
Continué paseando junto a la playa. Alguien retrasmitia una competición de surf desde unos amplificadores en la playa vacia, resultaba extraño, hasta un poco surrealista, aquella voz radiando en euskera para un público de arena. Al final de la playa, en el paseo, está la tienda outlet de Loreak Mendian, y siempre que puedo me paso por allí. Casi todo lo que hacen me gusta, sobre todo los escaparates... Son gráficamente impecables, y eso no es fácil. Me compré una sudadera.
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